Hemorroides durante el embarazo
El estreñimiento y/o las hemorroides, pueden ir de la mano, sobre todo durante el embarazo. Ambas son padecidas por un elevado porcentaje de mujeres embarazadas, sobre todo en el tercer trimestre de gestación.
Las hemorroides pueden venir por el aumento de volumen sanguíneo que se produce en la zona del útero, con el consiguiente incremento de la presión sobre las piernas y las venas de la pelvis.
Respecto al estreñimiento, el aumento de la presión sobre el recto y los intestinos puede interferir en la digestión y en el ritmo de evacuación, ralentizándose estos procesos. También el aumento de hormonas hace que los movimientos intestinales vayan más lentos. Como los intestinos se encuentran muy próximos al útero, es un mecanismo natural de protección debido a que sus movimientos podrían perjudicar el crecimiento del feto.
La clave para prevenir el estreñimiento es un ejercicio adecuado y una buena alimentación, variada y rica en aguas y fibra: mucha verdura y fruta, cereales integrales.
El ejercicio suave con regularidad ayudarán a mitigar la molestia o a evitar que haga su aparición.
Las hemorroides, son una dolencia asociada en gran medida al estreñimiento. Las hemorroides son una dilatación de las venas que se produce por una debilidad en la pared muscular de la región anal, son muy molestas e incluso dolorosas. Las venas varicosas (venas hinchadas) que aparecen en el recto, en ocasiones salen del orificio anal, y pueden producir picazón y/o dolor, incluso en algunos casos pueden sangrar. El estreñimiento produce que los vasos sanguíneos no se vacíen con normalidad, por lo que la presión en estos vasos aumenta, apareciendo las hemorroides. Un mayor esfuerzo a la hora de defecar también provoca esta hinchazón en la zona del recto. Aparte de esto se suma que, cuando el embarazo se encuentra avanzado, el aumento de la presión sobre el recto y el perineo, además del estreñimiento, favorecen la dilatación de las venas del intestino.
Si las hemorroides ya han hecho su aparición, hay algunos trucos para aliviar las molestias:
• Los baños de asiento templados, aunque lo habitual es que sea el agua fría (incluso el hielo envuelto en un paño aplicado a la zona a pequeños intervalos) lo que alivie el dolor y reduzca la hinchazón. Después de los baños hay que secar suavemente la zona, porque la humedad puede irritarla más.
• No hay que posponer la evacuación, yendo al baño en cuanto se sientan ganas de defecar. Una vez expulsadas las heces, se debe escoger un papel higiénico suave o incluso toallitas húmedas desechables para no alterar más la zona dolorida.
• El ejercicio moderado también puede ayudar a que las hemorroides se reduzcan. Facilitar la circulación sanguínea haciendo movimientos circulares de pelvis o estando tumbadas de lado y alzando varias veces cada pierna, alternativamente, a modo de tijera, puede aliviar la presión en la zona y ayudar a una mejor circulación sanguínea.
Afortunadamente, estas molestias suelen desaparecer tras el parto, aunque en ocasiones y tras el esfuerzo de la expulsión las hemorroides se agravan y se tarda unos meses en recuperarse. También en el posparto es importante seguir las recomendaciones de dieta y ejercicio.
Es necesario acudir al médico si no sentimos ninguna mejoría con estos métodos, si las hemorroides sangran o están tan hinchadas que impiden que realicemos nuestras tareas rutinarias.
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